DIOS SE HACE NIÑO EN MI TIERRA Y A MI LADO
Yo estaba participando del oratorio , como todos los días lo hago con los diferentes grupos, voy feliz porque ver a Dios en tantos rostros inocentes y receptivos no cuesta trabajo, es muy gratificante. Estamos en el momento de la acción de gracias a Jesús y sin más, con toda la naturalidad del mundo, con una cara de paz y madurez dice una niña: "Gracias Jesús porque simpre estás conmigo, por que me compañas". Estas palabras serían muy normales si no fuese porque las pronunció una niña de cuatro años que padece una terrible enfermedad que le impide jugar, tocar el agua, comer alimentos sólidos y muchas más cosas que, para nosotros, pasan inadvertidas porque entran dentro de la normalidas. Yo me quedé sin capacidad de reacción, solo las lágrimas me asaltaban y no podía contenerlas. En un momento una niña, desde su sencillez, desde su pequeñez, desde su serenidad, desde la madurez que imprime el dolor, dio la vuelta a mi vida, no pude parar en todo el día de