¡ ESTA ELENA ARTERO!
Como siempre me dirigí a su clase, estaba con las pilas cargadas después del fin de semana tan profundo que había vivido en el cole. Primero con el viernes de oración, segundo con la preparación de los juegos del día de la familia, y tercero con el domingo, que puso de manifiesto mi ilusión por participar en todo lo que en ese día tuvo lugar.
Les encantó que fuera a recogerlos, y para variar decidí hacer un alto en el camino en la cueva de la Virgen.
Allí nos relajamos antes de entrar en la capilla. Y todo empezó fenomenal. Nos tocamos el corazón para sentir a Jesús y leímos el versículo de San Marcos. Todo, y digo todo, hasta que oí el: -“me meo”,-“y yo”, -“yo también”, “no puedo aguantar más”……….
Intenté conservar la compostura, e Isabel acompañó a uno de los niños al baño. Pero cuando volvió todo era un caos. Tal era, que les invité a abandonar la capilla, a lo que ellos se negaron. Mi estado de ánimo pasó en dos minutos, de recogimiento y alegría a tristeza y desesperación. La falta de tablas imagino.
Y cuando todo terminó, Diana y Raquel me esperaban con una gran sonrisa para animarme, y pellizcando mis mejillas dijeron: -“ ¿A quién te ibas a comer?
Y a pesar de que mis primeros sentimientos en el reciente oratorio eran más de enfado y desilusión que otra cosa, hoy ya no puedo manifestar lo mismo, porque les quiero y quiero seguir viéndolos, y espero que ellos a mí también. Espero que la experiencia me haga madurar, porque si algo tengo claro es que Dios me sigue, me acabo de caer y ya me está dando la mano para ponerme de nuevo en pie.
ELENA ARTERO
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